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Libros

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HABLEMOS Y ESCRIBAMOS BIEN EL IDIOMA ESPAÑOL T. II

materia(s): 104
pais de origen: EL SALVADOR
año de edición: 2015
peso: 306
nombre del libro: HABLEMOS Y ESCRIBAMOS BIEN EL IDIOMA ESPAÑOL T. II
número de edición: 1
número de páginas: 258
editorial: UNIVERSIDAD JOSE MATIAS DELGAD
autor (es): SAZ, CARLOS ALBERTO
isbn: 9789996193453

$10.80

Precio en Dolares Americanos

Peso: 306.0 gr

Descripción

Felicito y agradezco al Lic. Carlos Alberto Saz por su beneficiosa labor en defensa del idioma castellano. En tan arraigada empresa se necesitan, además de conocimientos, mucho tino y mucho valor. Hablo de riesgo y de valor porque al señalar los errores que cometen los que publican sus escritos siempre hay quien se siente lastimado. Es lo mismo que sucede a los cirujanos. Pero son necesarias, tanto la curación como la corrección. El otro cuidado que debe tener el corrector gramatical es no olvidar que hay cuestiones en que se da lugar a la opinión, al estilo personal, al uso y aun a la misma versatilidad de la gramática. El lenguaje está constantemente evolucionando y las normas de ortografía son constantemente motivo de discusión. Finalmente, como lo tiene presente el académico Saz, hay que recordar aquello de Platón: "Alguien tiene que vigilar a los vigilantes". Dicho de otro modo: También los correctores necesitan corrección. La conclusión que de aquí se desprende es que el corrector debe mirar de vez en cuando hacia atrás, a los que le siguen con la pluma en ristre. Por eso hay que tener cuidado y cariño de cirujano para no herir a nadie ni con el pétalo de una rosa, como decía Amado Nervo, ni con la punta del lapicero. Reitero mi felicitación al gramático Saz y lo animo a que siga adelante con su columna tan útil y tan leída. Tenga en cuenta, pero que no lo detenga, la opinión de otros que también saben de gramática. Hay que mezclar el rigor gramatical, que tiene mucho de arbitrario y de diferente en cada idioma con la agilidad analítica de la sociología del lenguaje. El idioma es un campo para correr y un cielo para volar, no una cárcel para encerrarse. Termino este breve prólogo con un versículo tomado de Isaías 40,31: Los que confían en Dios renuevan sus fuerzas, caminan sin cansarse, corren sin agitarse y vuelan como águilas.

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